Las temperaturas anormalmente altas que están caracterizando el desarrollo de este invierno han disparado los costes de producción en el regadío valenciano hasta el punto de que los agricultores acumulan hasta el momento un sobrecoste de 6 millones de euros, respecto a un año considerado normal, debido a los riegos adicionales que han tenido que llevar a cabo para poder salvar las cosechas.
Un estudio elaborado por los servicios técnicos de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) revela que la necesidad de contrarrestar los nocivos efectos que el calor imperante está teniendo sobre la natural evolución de los cultivos ha obligado a los regantes a incrementar el uso de agua en más de 40 hectómetros cúbicos durante los dos últimos meses. Por término medio, y tomando como referencia una parcela de cítricos de una hectárea, se ha pasado de efectuar una hora de riego semanal –que sería la frecuencia habitual en cualquier invierno que no fuese climáticamente tan anómalo como el actual– a tener que regar al menos cinco horas semanales, es decir, cinco veces más, con el consiguiente aumento de los costes que tienen que afrontar los regantes, un aumento que, tal como ya se ha apuntado, se ha disparado hasta alcanzar la cifra de 6 millones de euros complementarios en concepto de agua y electricidad.
“Por tanto –apunta el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado– las elevadas temperaturas reinantes este invierno, unidas a los efectos de la sequía que arrastramos desde hace varios años, no sólo están produciendo alteraciones negativas en el ciclo vegetativo de los cultivos, sino que están teniendo también una repercusión nefasta sobre la renta de los productores valencianos, forzados a soportar un sobrecoste muy considerable. Estas circunstancias, motivadas por factores climáticos excepcionales, deben ser tenidas muy en cuenta y debidamente valoradas por el Gobierno a la hora de aplicar algún alivio de tipo fiscal a los agricultores afectados en la próxima declaración de la renta, al igual que se aplican mejoras fiscales con motivo de fenómenos como el pedrisco, las inundaciones o la sequía. Pedimos, igualmente, la implicación de la Generalitat, que debería poner en marcha medidas de apoyo como créditos bonificados”.
A los regantes valencianos, efectivamente, no les queda otra salida para tratar de preservar en lo posible sus cosechas que redoblar el gasto en el capítulo correspondiente a la frecuencia de riegos, ya que, según los datos de las estaciones climáticas de la Comunitat Valenciana, las precipitaciones se han reducido un 90,5% respecto al mismo período del año anterior, al tiempo que las temperaturas medias en diciembre experimentaron un incremento de 2,4 grados hasta situarse en 11,9, si bien hay que tener en cuenta que muchos días las temperaturas superaron los 20 grados.
Además, esa falta de horas de frío durante el presente invierno preocupa cada vez más a los agricultores valencianos porque no en vano las denominadas horas de frío, y que en términos agrarios implican temperaturas por debajo de los 7 grados, se han reducido este año en una proporción del 56,7% respecto al curso pasado, de tal manera que cultivos como los frutales, la viña, el olivo y los frutos secos no pueden entrar en la necesaria parada invernal que requieren para su correcto desarrollo. Dicho de otro modo, que si el frío no llega pronto e invierte la situación actual, los referidos cultivos sufrirán problemas de floración y cuajado con el consiguiente descenso de sus respectivas producciones.