Después de la estéril temporada de invierno, la primavera, una vez más ofrece una amplia selección de hierbas frescas y verduras. No sólo prometen un placer particular, fino y aromático, sino que también proporcionan vitaminas y minerales para fortalecer el sistema inmunológico.
Las verduras más populares de la primavera son las espinacas, espárragos, patatas, zanahorias, rábanos, nabos y coles, muchas ensaladas verdes. Varias hierbas, tales como el cebollino, el perejil, la albahaca o el ajo pueden ser cosechadas frescas otra vez, para enriquecer los sabores e ingredientes de la cocina.
La temporada del espárrago comienza en abril. Se distingue entre el espárrago verde, que crece por encima del suelo y blanco, que crece bajo la tierra. Contiene vitamina C, betacaroteno y tiene un efecto deshidratante
Las patatas de temporada se pueden encontrar en los mercados en mayo. Son proveedores importantes de vitamina C y pueden comerse con su delicada piel.
Las zanahorias procedentes de la agricultura local están disponibles desde finales de mayo. Las zanahorias de primavera son más suaves que las variedades posteriores, y por lo tanto, son especialmente fáciles de digerir. Tienen un alto contenido de beta caroteno, ácido fólico, la vitamina C y hierro.
Los rábanos se cosechan a principios de mayo. De nuevo, al cultivar temprano es particularmente suave. El aceite de mostaza que contienen los rábanos tienen un efecto antibacteriano. También proporcionan un montón de fibras, vitamina C, hierro y magnesio.
Las lechugas particularmente delicadas se pueden obtener a partir de mediados de abril. Asimismo, fortalecer el sistema inmunológico por una serie de vitaminas y minerales. Cubiertas con ligeras salsas y hierbas frescas de primavera aportan fuerzas renovadas.
Aquellos que no pueden beneficiarse de verduras de cosecha propia deberían comprar productos locales y no comprar hortalizas de invernaderos en el extranjero que han hecho un largo viaje. Estas verduras se cosechan generalmente antes de madurar y por lo tanto contienen menos sabor y vitaminas. Durante períodos prolongados de transporte muchas de las vitaminas se pierden. Las verduras de cultivo ecológico está especialmente recomendadas ya que no se utilizan fertilizantes químicos y por lo tanto los niveles de nitrato inquietantes son mucho más bajos.
No sólo el origen sino también el almacenamiento afectan al sabor y el contenido de las delicadas verduras de primavera. Para mantener la calidad, el tiempo de almacenamiento no debe exceder los tres días. Las verduras se deben guardar de forma adecuada en el cajón de la nevera donde la temperatura y la humedad son más adecuadas. Si las verduras se almacenan en lugares demasiados fríos se ponen brillantes y pueden perder su sabor. Por otro lado, si se almacena en lugares calidos, se secan rápidamente y se estropean. Además también habría que almacenar las diferentes verduras por separado pues los niveles de madurez particulares pueden afectar entre sí.
Para mantener los valiosos ingredientes y un sabor excelente, el tipo de preparación es crucial. Las verduras de primavera deben prepararse con mucho cuidado a bajas temperaturas. Idealmente, las verduras se comen crudas, por ejemplo, en un Carpaccio. Ver receta a continuación.
Bien comprado, almacenado y preparado, las verduras de primavera y las hierbas ofrecen una colorida variedad de ingredientes beneficiosos para expulsar finalmente, la abstenía primaveral.