Un grupo de investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), en colaboración con científicos de Holanda, logró descifrar aspectos desconocidos hasta ahora de un mecanismo de defensa que las plantas utilizan frente al ataque de insectos, basado en la emisión de compuestos volátiles.
Estos “aromas” servirían para atraer a especies benéficas, mientras las plantas concentran su energía en otras funciones.
“Por primera vez, logramos conectar aspectos de la señalización lumínica, clave para las interacciones entre plantas, con la señalización química, fundamental para los mecanismos de comunicación entre plantas e insectos”, explicó Carlos Ballaré, investigador del Conicet, profesor de la cátedra de Fisiología Vegetal de la FAUBA y director del laboratorio de Fotobiología Ambiental.
“Cuando las plantas perciben señales de sombra cambian el perfil de compuestos volátiles que emiten, y esas modificaciones pueden ser detectadas por insectos benéficos que protegen a la planta del ataque de insectos herbívoros”, resumió al referirse al trabajo publicado en la edición de diciembre de 2016 de la revista New Phytologist.
El estudio permitió comprender cómo las plantas regulan la emisión de esos compuestos en función de señales de competencia. Cuando "ven" a los vecinos (competidores), las plantas reducen la inversión en compuestos de defensa (presumiblemente para ahorrar recursos).
Pero, al mismo tiempo, cambian el bouquet de compuestos volátiles que emiten a la atmósfera del canopeo, tornándose más atractivas para predadores de insectos herbívoros. En otras palabras, frente a una amenaza de competencia, las plantas gastan menos en defensas, pero atraen a los enemigos de sus enemigos.
El estudio de la FAUBA no sólo se concentró en aspectos básicos, sino que también podría servir para generar aplicaciones concretas en la agricultura.
Fuente: FAUBA