La ganadería y el transporte son los subsectores que generan mayor número de emisiones de Gases Efecto Invernadero según las conclusiones preliminares de un estudio iniciado por la Real Academia de Ingeniería y que también puso de manifiesto la reciente disminución del peso de los cultivos en el total de las emisiones. La parte técnica del estudio recayó en los investigadores del CEIGRAM -Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales- y de la Academia, Alberto Sanz Cobeña y Eduardo Aguilera.
Estas conclusiones preliminares se presentaron ayer en Valencia, en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural de la Universitat Politècnica de València, -ESTSIAMN-, con la presencia del director de la Escuela, Alberto San Bautista, la consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián y la secretaria autonómica de Economía Sostenible, Sectores Productivos y Comercio, Blanca Marín. Hasta Valencia se desplazaron para la presentación del estudio, el consejero de la Real Academia de Ingeniería, Jaime Gómez-Arnau, junto al director gerente de la entidad Javier Pérez de Vargas.
Los investigadores del CEIGRAM -Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales- y de la Academia, Alberto Sanz Cobeña y Eduardo Aguilera detallaron la metodología y avanzaron los primeros resultados de este ambicioso proyecto.
Los resultados de este estudio, cuyas conclusiones finales estarán a partir del verano de 2019, pondrán de manifiesto los “puntos calientes” en las emisiones de GEI en sistema agroalimentario español, en cualquier eslabón de la producción agrícola, su transformación en alimentos o el consumo final.
La novedad de este estudio radica en la nueva metodología que el equipo de investigadores de la Real Academia de Ingeniería y el CEIGRAM han desarrollado y que busca cuantificar adecuadamente las emisiones de Gases Efecto Invernadero -GEI-. El estudio del sector agroalimentario es el primero que se realiza con este modelo, pero está previsto que se analicen otros sectores de la economía española. Posteriormente, la segunda fase de este proyecto consistirá en su aplicación a escala internacional.
Metodología
La metodología que presentó la RAI incluye el sistema en su totalidad y permitirá obtener datos de emisiones por cultivo, tipo de ganadería y sector alimentario. “Permitirá la identificación de puntos débiles en cada subsistema, desequilibrios y vulnerabilidades más aparentes, y la enunciación de posibles estrategias de mitigación y de adaptación”, según el consejero de la Real Academia de Ingeniería, Jaime Gómez-Arnau.
Como explicaron Alberto Sanz Cobeña y Eduardo Aguilera, investigadores del proyecto, “la metodología que la Real Academia de Ingeniería está desarrollando para analizar los Gases de Efecto Invernadero en el sector agrícola español incluye el análisis de las emisiones asociadas a la tracción animal y mecánica, las emisiones directas e indirectas de óxido nitroso, la quema de residuos agrícolas, el balance de carbono en el suelo y en la biomasa leñosa, el uso de energía (tanto combustible como electricidad), la producción de fertilizantes y fitosanitarios de síntesis, la fabricación de maquinaria y de la infraestructura de regadío e invernaderos, la generación de metano en cuerpos de agua usados para el riego y las emisiones de las explotaciones ganaderas, en particular de metano, en el caso de los rumiantes”. Además, se analiza la cadena alimentaria posterior, el consumo y la gestión de residuos del sistema en su conjunto.
El estudio incluirá factores de emisión específicos del clima mediterráneo para la estimación de óxido nitroso y se ajustarán los factores de emisión de la producción de insumos a los cambios técnicos que han tenido lugar en sus respectivas industrias. De este modo se podrá estimar la evolución de los valores en el último siglo y medio.
Según Jaime Gómez-Arnau, “existe un número muy reducido de estudios que consideren las características específicas de la agricultura mediterránea e integren toda la cadena alimentaria para calcular las emisiones con mayor fiabilidad”. “Además -continúa- es necesario relacionar el aumento de las productividades con la evolución de las emisiones, para conocer los cambios en la Huella de Carbono total”.
Para completar el estudio, está previsto que se incorporen otros análisis realizados previamente por el equipo de investigación, relacionados con la intensidad energética de los insumos, las emisiones de óxido nitroso en condiciones mediterráneas, la evolución histórica de los stocks de Carbono en el suelo y de los impactos del sistema y las metodologías de cálculo total.
En una segunda fase, la RAI comparará el sistema agroalimentario español con el de otros países de nuestro entorno.
El estudio de la RAI cuenta con la financiación de las empresas IDAI Nature, Corteva y Ebro Foods y el apoyo de CEIGRAM y la Universidad Politécnica de Madrid.