La UE y Mercosur llevan negociando un acuerdo comercial desde 1999. Ahora parece que ya se han cerrado todos los capítulos de negociación menos el acuerdo agrícola. Si bien la Comisión Europea puede argumentar los beneficios globales para la economía de la UE (por ejemplo sector automovilístico) en su conjunto, el acuerdo comercial UE-Mercosur propuesto, está sacrificando a muchas frutas y hortalizas en el proceso y haciendo caso omiso de su propia evaluación de impacto que puso de relieve los posibles daños al sector.
Seguridad alimentaria
La elección de Bolsonaro amplía claramente las diferencias políticas entre la UE y Brasil en asuntos como las prácticas agrícolas sostenibles. Dudamos de que se cumplan las normas y actuaciones medioambientales. Esperamos que la Comisión explique y justifique bien a los ciudadanos y a los agricultores europeos como se conjuga que tengamos que importar más productos agrícolas de Brasil cuando el gobierno brasileño ha autorizado recientemente más de 150 nuevos plaguicidas, muchos de ellos que no pueden utilizar los productores europeos, tal como denuncia el COPA COGECA.
Tenemos los sistemas de seguridad alimentaria y bienestar animal más altos del mundo y la oferta realizada a Mercosur desprecia este gran esfuerzo.
Frutas y hortalizas
El crecimiento en 2017 de las importaciones españolas de frutas y hortalizas procedentes de Mercosur fue de un 10,7 % respecto del año anterior con 124.000 toneladas. Mercosur exportó en 2016 hacia la UE 931.500 Ton de frutas y hortalizas de las cuales los limones representan el 30% del volumen, seguido de los melones con un 21% y los mangos y naranjas que representan un 11% cada uno. Productos muy importantes para la economía malagueña. En el caso del ajo la UE ha ofrecido a Mercosur una cuota de 10.000 Tm.
Tenemos serias preocupaciones acerca del zumo de naranja…no sabemos la oferta comunitaria. Es muy decepcionante que el propio Comisario Hogan en respuesta parlamentaria (25-04-2018) confirme que los estudios de Evaluación de Impacto Sostenible no incluyen una evaluación de impacto en productos específicos como el zumo de frutas.
Lo mismo podemos decir de las garantías necesarias a nivel sanitario y fitosanitario que se van a acordar para preservar nuestras producciones de plagas y enfermedades foráneas.
Aceite y aceituna de mesa
Los productores de aceite de oliva argentinos solicitaron la exclusión del aceite de oliva y de la aceituna de mesa de la negociación de un tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, porque, dicen, perjudica gravemente sus intereses. Actualmente el aceite de oliva paga un arancel del 10% para entrar a Brasil y la aceituna de mesa paga un arancel del 14 % para ingresar aceituna de mesa en la zona de Mercosur y Argentina pide que se mantengan. Durante los últimos cinco años Brasil importó el 78% del aceite desde Portugal y España. Por lo tanto, cualquier concesión que se hiciera para aceites, denuncian los argentinos, implicaría seguir perdiendo el mercado brasileño, que es su principal destino. No sabemos la posición de la Comisión Europea al respecto. Es de reseñar la transparencia con la que reciben información los productores de MERCOSUR por parte de sus autoridades.
Reciprocidad
Importamos volúmenes sustanciales de estos países y no hay reciprocidad. La Unión Europea permite a los países de Mercosur vender en la UE cumpliendo solo la Directiva 2000/29. Pero para poder exportar a Mercosur tenemos que hacerlo a través de protocolos bilaterales y por cada producto específico. Además, sus procedimientos de aplicación establecen análisis de riesgos por plaga, lo que alarga los plazos unos cuatro años de promedio hasta su aprobación.