Corteva Agriscience está apostando por Delegate 250 WG para combatir al Prays del olivo, ya que cuenta con una alta eficacia contra la polilla del olivo las tres generaciones que tiene esta plaga al año: la filófaga, es decir, las larvas recién nacidas de la puesta del otoño anterior, que penetran en el interior de la hoja y excavan una galería entre las dos epidermis; la antófaga, orugas procedentes de la generación invernante que atacan principalmente a las flores; y la carpófaga, que se produce durante el mes de junio, cuando la plaga aparece en forma de mariposa y realiza la puesta en la aceituna recién cuajada.
Gracias a su modo de acción único, propio de la familia de los spinosines, Delegate 250 WG, inicialmente fabricado por Dow Agroscience y ahora presente en la cartera de productos de Corteva tras fundirse en ella las divisiones agrícolas de Dow y DuPont, presenta una potente actividad insecticida por ingestión y contacto de la plaga, generando un gran efecto de choque translaminar, lo que proporciona una buena protección del fruto.
Con un plazo de seguridad de 21 días y una dosis que debe oscilar entre los 50 y los 100 g/ha, dependiendo del grado de infestación, se debe aplicar desde el comienzo de la floración hasta que los frutos alcancen alrededor del 90% del tamaño varietal final, de forma que su uso adecuado genere niveles de residuos por debajo del límite de cuantificación tanto en aceituna de mesa como en aceite.
Compatible con fauna auxiliar e insectos útiles como Diadegma semiclausum o Zetzellia spp, y con baja toxicidad para insectos depredadores, anthocoridos, coccinélidos o crisópidos (Chrysoperla carnea), Delegate 250WG es adecuado para su uso en producción integrada, ya que presenta un perfilo toxicológico y ambiental favorables. No obstante, se ha de prestar especial atención con las abejas y otros polinizadores, para cuya protección no se debe aplicar durante la floración de los cultivos y de las malas hierbas, ni donde haya abejas en pecoreo activo, aunque una vez seco el caldo de pulverización, se minimizan los riesgos del producto para abejas y abejorros.
La plaga
La polilla del olivo (Prays oleae), ampliamente distribuida por toda la Cuenca Mediterránea, constituye, junto con el díptero Bactrocera oleae Gmelin, una de las principales plagas del olivo desde el inicio de su cultivo, pudiendo llegar a producir grandes daños, afectando a las hojas, las flores y gravemente a los frutos, causando su caída, y por tanto, importantes pérdidas en la cosecha de la aceituna.
El adulto de este microlepidóptero, una pequeña polilla gris plateada con manchas oscuras y a las con flecos que mide 13-14 mm de envergadura alar y unos 6 mm de larga, produce tres generaciones de huevos al año, aunque solo producen daños las larvas y las orugas.
Durante la primera generación de la plaga, la filófaga, que se produce de octubre a abril, la mariposa pone el huevo, lenticular, aplastado, de unos 0,5 mm de diámetro y color blanquecino recién puesto y amarillento a medida que se incuba, en el nervio central de la hoja. Al eclosionar, la larva se introduce en la hoja y hace una pequeña galería fácilmente apreciable a partir de diciembre. En primavera, las larvas, que ya no caben en la galería, salen al exterior, devorando las hojas por el envés, dejando la epidermis del haz, al final de cuya fase se producen los mayores daños, ya que la larva destruye las incipientes inflorescencias y las yemas terminales. Los daños en olivos adultos, en general, no son importantes salvo que exista mucha población de orugas, por lo que los mayores daños de esta fase se producirán en olivos jóvenes, en lo que la destrucción de las yemas terminales provoca la aparición de nuevas guías, con el consiguiente retraso en su crecimiento.
El hábitat de la segunda generación, la antófaga, son las flores del olivo. El adulto pone el huevo en el botón floral, que aún no ha abierto. Es la generación con el ciclo vital más corto, desarrollándose de mayo a junio. Al principio, la oruga, de 7-8 mm en su máximo desarrollo, de color avellana, aunque puede variar, y cabeza oscura, vive en el interior del esquilmo sin salir al exterior, devorando las partes sexuales de la flor, para, posteriormente salir y desplazarse por el racimillo de flores, ayudada por un tejido de sedas, para seguir destruyéndolas. Éste es el momento más recomendable para iniciar el tratamiento, porque aunque los daños no son los más importantes, es la fase en la que la oruga está más accesible para el insecticida, siendo el momento óptimo para el tratamiento cuando entre un 20% y un 40% de las flores están abiertas.
La tercera generación, la carpófaga, se produce de junio a septiembre y ataca directamente al fruto recién cuajado. Los huevos son puestos en el cáliz del fruto, por lo que al eclosionar, la larva penetra el fruto, provocando ya una caída del fruto, algo mayor al de un grano de pimienta, conocida como caída de San Juan. No obstante, la caída de aceituna en esta época no debe atribuirse exclusivamente al Prays, ya el olivo en este momento regula su producción, en función de sus capacidades de engordar el fruto cuajado. El fruto que no ha sido desprendido al introducirse la oruga, continúa en el árbol durante todo el verano, periodo en el que la larva completa su desarrollo en el interior del hueso, lo que dificulta el tratamiento al alojarse la larva en un lugar de difícil acceso para el insecticida. En estas aceitunas, a finales de septiembre la oruga hace una nueva galería de salida que produce una segunda caída, conocida como caída de San Miguel, que provoca el daño directo más importante de la plaga.
Sobre Corteva Agriscience
Corteva Agriscience es una multinacional de reciente creación como empresa independiente, líder en la protección vegetal gracias a su amplia cartera de productos. Fruto de la fusión de las divisiones agrícolas existentes en el grupo DowDuPont, Corteva cuenta con la experiencia y la calidad de los productos de más de un siglo de actividad de su grupo matriz.
Redacción Infoagro