Cajamar presentó ayer en Almería su informe de Análisis de la campaña hortofrutícola 2018-2019, que en esta ocasión se presenta en un formato interactivo, accesible a través de la web de la entidad.
Durante el acto de presentación del informe, ante gran cantidad de empresarios, técnicos y agricultores del sector agrícola almeriense, David Uclés, perteneciente al Departamento de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, fue el encargado de ofrecer los datos a los asistentes, así como explicó que en esta edición, se ha introducido el precio de las variedades de los distintos cultivos, ya que están tomando peso, lo que ha conllevado al cambio del valor de las producciones.
Según la información contenida en el informe presentado por Cajamar, destaca la subida de los costes de la mano de obra por la incorporación desde el 1 de enero de 2019 del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), lo que ha encarecido el salario/hora en un 12,1%; un efecto que, indicó Uclés, “se seguirá viendo, aunque en menor medida, a lo largo de la campaña 2019-2020”. No obstante, indicó que la contratación ha seguido aumentando, aunque en menor intensidad que en campañas anteriores, registrando una subida del 0,4% con respecto a la anterior, “lo que da lugar a pensar que se ha incrementado la productividad”.
Un dato también relevante para el sector agrícola almeriense es la caída del 7,9% que, según el informe de Cajamar, ha sufrido la superficie cultivada de tomate en la campaña 2018-2019, lo que ha producido un descenso del 10,8% en su producción durante la temporada estudiada, lo que supone un retroceso del 14,5% con respecto a la media de los 5 años anteriores. También destaca la caída del 43,1% de la superficie de judía verde con respecto a la campaña anterior (un 75,6% menos en comparación con la media de los 5 años anteriores), quedando como un cultivo residual que no excede de las 250 hectáreas. No obstante, con respecto a la producción hortofrutícola general, la producción física ha crecido de forma intensa dadas las buenas condiciones meteorológicas y una menor incidencia de las plagas, con una subida en los rendimientos de producción, y debido al aumento del 25,5% de la superficie invernada de lechuga, que a su vez ha visto aumentada su producción en un 49,4% con respecto a la campaña 2017-2018. De esta manera, se ha producido la cifra récord de 3.764.735 toneladas de productos hortofrutícolas en la provincia de Almería (un 6,4% más que en la campaña anterior), de las cuales, 3.525.187 toneladas corresponden a cultivos bajo plástico (+4,4%), cuya superficie ha aumentado un 1,4%, hasta llegar a las 32.048 hectáreas en la provincia de Almería, donde el crecimiento de la misma se desplaza hacia el Levante, ya que en el Poniente ya no queda espacio para su expansión. De esta forma, la tasa media anual de crecimiento de la superficie invernada en Almería de los últimos 10 años se sitúa en el 1,5%. La superficie invernada entre las provincias de Almería, Granada y Málaga asciende a 35.839 hectáreas.
En cuanto a los precios, el informe de Cajamar registra una caída de las cotizaciones de sandía a finales de la campaña 2018-2019 del 40%, lo que ha provocado que, aunque en muchos otros productos aumentó el precio y se haya dado una cifra récord de producción en volumen, el valor de las ventas de la producción, cifrada en 2.244 millones de euros, si bien es mayor en un 5,3% al valor obtenido en la temporada anterior, no ha sido récord comparada con la campaña 2016-2017. En este sentido, las mayores caídas de ingresos se corresponden con la menor producción y la menor superficie de las judías verdes, la drástica caída de precios de la sandía y la caída en la producción pese a la mejora de su precio, del tomate.
Sin embargo, en lo referente a las exportaciones, sí se ha producido una cifra récord de ventas, habiéndose exportado el 80% de la producción total de productos hortofrutícolas almerienses (cifra que en Cajamar consideran “más realista” con respecto a ediciones anteriores del informe de campaña, dado que se han incluido las distintas variedades de los productos), lo que supone 2.712.085 toneladas: un 10,1% más que en la campaña anterior. Unas exportaciones que crecieron más en los tramos centrales de la campaña, así como al final de la misma, exceptuando el mes de junio. En términos monetarios, las exportaciones han supuesto, de nuevo, la cifra récord de 2.684 millones de euros, un 11,7% más, aunque según indica el informe, la cifra podría haber sido mucho mayor si la caída del 6,9% en la exportación de la sandía no se hubiese producido al final de la campaña. Una cifra a la que también ha contribuido el aumento del valor de exportación de las judías verdes, producto del que el sector agrícola almeriense se ha convertido en reexportador de género de otros países. Asimismo, ha aumentado el valor de las exportaciones hortofrutícolas almerienses con destino a Italia (+25,3%), Reino Unido (+13,8), Francia (+18,5%), con un menor crecimiento del mismo en Alemania, con tan solo un incremento del 5,2%. No obstante, es reseñable el aumento en el valor de las exportaciones a Polonia (+19%) y a República Checa (+19%).
Contexto de la campaña 2018-2019
De acuerdo a los datos recogidos por el informe presentado por Cajamar, la campaña 2018-2019 se desarrolló en un entorno de enfriamiento económico, sobre todo en los últimos trimestres, tanto a nivel nacional como internacional, aunque se experimentó un aumento del consumo per cápita de frutas (+1,6%) y hortalizas (1,8%) con respecto al ejercicio anterior. En cuanto a las condiciones en las que se cultivaron las producciones, la campaña 2018-2019 registró temperaturas ligeramente más frías que la media de los 5 años anteriores, aunque estuvieron por encima de la media en el arranque de la campaña y al principio de la primavera, así como no se registraron grandes variaciones con respecto a los años anteriores en cuanto a la pluviometría, aunque octubre y abril registraron un mayor nivel de precipitaciones.
Por otro lado, la campaña 2018-2019 se caracterizó por la gran incidencia a una gran cantidad de explotaciones de tomate de la Tuta absoluta; plaga que fue más virulenta en aquellas explotaciones con control químico de plagas, ya que la Tuta ha generado resistencias, y ha tenido una menor incidencia en aquellas explotaciones con control biológico, ya que ha aparecido un depredador espontáneo de la Tuta, denominado Necremnus tutae. Una situación que se repite en el caso del cultivo del pimiento, en el que el ácaro de terciopelo está depredando a una gran parte de las plagas del pimiento. Y es que 23.345 hectáreas de los cultivos almerienses se encuentran bajo protocolos de control biológico de plagas, lo que supone un 3% menos que en la campaña anterior, pero el 48,3% de la superficie invernada, de la cual, el 100% de los cultivos de pimiento, menos del 70% de los cultivos de pepino y berenjena, más del 20% de los cultivos de sandía y calabacín, y el 44% de los cultivos de tomate cuentan con protocolos para el control biológico de plagas, con una estimación de gasto de 1260 euros por hectárea de invernadero.
Unos gastos que se engloban en los costes financieros de los agricultores y que, aunque el Euribor sigue cayendo, por lo que se ha abaratado el coste financiero para las empresas, se ha roto la tendencia que había en cuanto al mantenimiento de los gastos anuales, incrementándose en un 6,1%.
Industria auxiliar
El informe elaborado por Cajamar también incluye estadísticas sobre la industria auxiliar de la agricultura almeriense, para lo cual se han incluido los datos recabados por la Fundación Tecnova. La muestra recoge información sobre 152 empresas de la industria auxiliar almeriense, de entre las que el 81,5% son pymes y el 26,5% son micropymes, es decir, cuentan con menos de 10 trabajadores. Por subsectores, los semilleros cuentan con un mayor número de empresas, suponiendo el 17,8% de la muestra, mientras que las empresas de riego y clima suponen el 13,2%, las de envases y embalajes el 12,5%, y las empresas de semillas tienen una escasa presencia del 2,6%. De estos datos también se desprende que el 75,5% de las empresas busca el crecimiento a través de las exportaciones, por lo que a lo largo de 2018 realizó algún tipo de actividad exportadora, lo que supone el 35% de su facturación en mercados internacionales, de los 1367 millones de euros que facturaron en 2018 (un 9,9% más que en el ejercicio anterior). Asimismo, en los últimos 5 años, el 92,6% de estas empresas ha realizado inversiones en I+D+i. Por subsectores, las empresas biotecnológicas, las empresas de plásticos y mallas, las de maquinaria agrícola y las de sustratos, son las que más destacaron por valor de ventas. Unos datos que se ven reforzados por el incremento del 9% del personal cualificado (titulados, másteres y doctorados, hasta llegar al 59%) de las empresas de la industria auxiliar almeriense, que también ha visto incrementado en un 16,1% con respecto a la campaña anterior el número de trabajadores, hasta situarse en 6.244 empleados.
Conclusiones
Durante la presentación del informe, y atendiendo a los datos ofrecidos por David Uclés, Roberto García Torrente, director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar realizó una reflexión sobre la situación y futuro del sector agrícola almeriense, haciendo hincapié en la sostenibilidad: “Almería produce 3,7 millones de toneladas de productos hortofrutícolas, lo que supone más del 25% de lo que produce Grecia, y se ha hecho de la forma más sostenible posible, siendo capaces de ir adoptando la tecnología que exigía el mercado. Además, en pocos lugares la economía está tan repartida, pues contamos con muchos empresarios; ni existen tantas nacionalidades. Y ni mucho menos, que hayan sido capaces de convertir un desierto en un vergel. Pero debemos tener en cuenta la imagen que damos al consumidor, y hacer un uso eficiente del agua y reciclar los plásticos. A parte, sería bueno tener un reto común para vender al exterior: aprovechar más el sol que tenemos y sustituir las fuentes de energía fósiles por renovables, liderando producir con energía fotovoltáica. Del mismo modo, contamos con productos que ya de por sí son saludables, pero tenemos otro gran activo: el conocimiento. Todo el mundo quiere conocer qué se hace aquí para aplicarlo a sus lugares de origen, e incluso Murcia, Holanda e Israel se apropian de la imagen de Almería para vender sus productos, por lo que Almería debe liderar el conocimiento y aprovechar la capacidad de su industria auxiliar para exportar”.
Unas ideas que sirvieron, junto a las cuestiones propuestas por algunos de los asistentes, para que Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar, cerrara el acto indicando que “si vendemos lo mismo a los mismos, sólo nos diferenciará el precio, por lo que nos habrá de diferenciar la sostenibilidad y la innovación en productos y procesos. Además, el almeriense es un sector que hace mucho pero cuenta poco, por lo que tendrá que hacer un esfuerzo de comunicación para seguir creciendo”.
Redacción Infoagro: Lydia Medero