Dice el señor Consejero Martínez Arroyo que por primera vez habrá una ayuda específica al olivar tradicional. Sus propias palabras desmienten tal afirmación, ni es específica para dicho olivar y ni siquiera es para el olivar o los olivicultores.
Continúa explicando que para acceder a esta ayuda se ha de ser una organización de productores que tenga l menos un 50% de olivar tradicional, por tanto el resto puede ser y será intensivo y superintensivo. De esta manera se estaría subvencionando los dos tipos de olivar por igual. Pero ni siquiera es así, el dinero no lo percibirá el agricultor, será la industria agroalimentaria, cooperativas por ejemplo u otras formas societarias como SATs.
Mantiene el Consejero que su mayor preocupación es que estas ayudas públicas lleguen al más necesitado cuando es consciente que en la forma en que se plantea su reparto y con tales destinatarios se beneficiará por igual al olivar marginal y al superintensivo, cosa que solo servirá para ahondar la brecha de rentabilidad entre ambos.
Continúa manifestando “en este caso en Catilla-La Mancha”, lo tenemos muy fácil porque tenemos mucha superficie de olivar de bajo rendimiento, en torno a un 90% del total y la gran mayoría de cooperativas y empresas trabajan con olivar de bajo rendimiento” Argumento que oculta que el presupuesto beneficiará a través de las organizaciones de productores por igual al olivar superintensivo.
Siendo el único interés de esta organización la defensa de los agricultores Unión de Uniones de Castilla-La Mancha se ve en la obligación de descubrir la falacia de lo que llaman una ayuda al olivar tradicional y exigir que este apoyo económico se asigne directamente al olivarero mediante un pago por superficie.
Por todo ello La Unión de CLM exige elecciones agrarias ya. Según dicen, la falta de democracia en el campo, y el apesebramiento de las organizaciones agrarias, que tienen asignada la representatividad por la propia Consejería por una ley derogada y con certificados caducados, paralizan al sector.