El vicepresidente de la Mesa Nacional del Ajo y presidente de la Sectorial del Ajo de Asaja Córdoba, Miguel del Pino, ha informado de un ligero descenso de superficie de siembra de ajo en la provincia de Córdoba, según un avance de datos provisionales que indica aproximadamente 1.600 hectáreas en el año 2022 frente a las casi 2.000 hectáreas de 2021.
Así se abordó en la última sesión de la Mesa Nacional del Ajo, que representa a productores, comercializadores y transformadores de ajos de las comunidades autónomas de Castilla La-Mancha, Andalucía, Castilla y León, Extremadura y Madrid, y que celebraron su Asamblea General en Aceuchal (Badajoz).
Informaron de que esta situación de descenso se da también en el resto del país donde se ha pasado de las 29.670 hectáreas a 28.520 en 2022, según el avance de superficie del Ministerio de Agricultura, registrando, además, un escaso nivel de existencias. Una disminución de hectáreas que puede que continúe, “dada la actual situación de déficit de agua y gestión de las cuencas hidrográficas, poniendo en peligro la subsistencia de un cultivo social como es el ajo”.
A este respecto, los responsables de la Mesa volvieron a poner en valor la mano de obra generada en el cultivo del ajo y la eficiencia y rentabilidad del uso del agua.
Ante esta situación, destacaron que no menos preocupante es el análisis de la evolución de los costes de producción en el ajo, que fijan los profesionales del sector, con una subida superior al 20%.
También, alertaron del descenso de herramientas para el control fitosanitario en el cultivo del ajo. Y es que actualmente, ya no se cuenta con ninguna materia activa que permita el control de las malas hierbas de hoja ancha en post-emergencia.
La Mesa Nacional del Ajo debatió sobre las actuaciones que se están llevando a cabo con las distintas administraciones de las autonomías productoras de ajo para buscar una solución a esta situación, que impida limitar aún más el trabajo de los cultivadores de ajo.
Y es que hay que tener en cuenta que la provincia de Córdoba representa el 36% de la superficie sembrada y el 35% de la producción de ajo de la comunidad autónoma. Le siguen las provincias de Sevilla y Granada, representando el 24% y el 17% de la superficie y el 28% y el 15% de la producción andaluza de ajo, respectivamente. Las provincias de Málaga y Jaén abarcan, el 14% y el 6% de las hectáreas sembradas, así como el 12% y el 8% de la producción andaluza de ajo.
El sector del ajo en Andalucía es fundamental para el desarrollo de algunas zonas de Córdoba, Granada, Sevilla y Málaga, siendo un cultivo social sobre el que recae buena parte de las rentas de miles de agricultores y de actividad económica.