El desarrollo de la cosechadora autopropulsada ha cambiado radicalmente la agricultura. Actualmente, las cosechadoras John Deere recolectan más de la mitad del grano del mundo. La historia de éxitos de las cosechadoras, desde el modelo 55 hasta la serie X, es de innovación técnica.
En 1947, John Deere lanzó el modelo 55, la primera cosechadora autopropulsada, que se considera el precursor de las cosechadoras de hoy en día. Esta fue la respuesta de la empresa ante el avance de la mecanización en la agricultura. En los años siguientes, John Deere se concentró principalmente en máquinas con auto nivelación, como las combinaciones de 55H Hillside, que permitían obtener los mejores resultados de trilla incluso en terrenos exigentes. Con el paso del tiempo, las cosechadoras evolucionaron para ayudar a los agricultores a recolectar en menos tiempo y con mayor eficiencia.
Con el cambio de siglo, los sistemas de dirección fueron adquiriendo cada vez más protagonismo, algo que John Deere abordó desde el principio. Ya en 1999, la empresa hizo posible el guiado paralelo de la máquina con el monitor GreenStar 1. Solo tres años más tarde, se presentaron AutoTrac y el receptor StarFire de primera generación como el primer sistema que ofrecía guiado manos libres a los operadores de cosechadoras. En combinación con la introducción del módem John Deere Modular Telematics Gateway (también en 2002), John Deere abrió el camino a una recolección más precisa para agricultores y contratistas.
Este rápido desarrollo ha llevado a que los modelos de las series T, S y X de hoy en día permitan a los agricultores y contratistas utilizar datos en tiempo real sobre el posicionamiento y el rendimiento de la máquina para la monitorización remota y el análisis de la cosecha.