Escasas precipitaciones y numerosas horas de sol son las condiciones en las que se cultivan las verduras en la Región de Murcia. Estas características climáticas, beneficiosas para los cultivos, son un caballo de batalla para el uso de acolchados. De la necesidad de solventar estos problemas, surge el Grupo Operativo de Acolchados Biodegradables que está llevando a cabo el proyecto de innovación ACBD+, cuyo objetivo es “formular un acolchado biodegradable que responda a las particularidades de nuestra Región y conseguir, tras su uso, que se biodegrade en el menor tiempo posible. Para ello, pretendemos utilizar microorganismos autóctonos”, explica Abelardo Hernández, responsable técnico de Proexport y coordinador de ACBD+.
El proyecto de innovación ACBD+ está integrado por las empresas Verdimed, Grupo CFM, Bonduelle, Kernel Export, Campo de Lorca, Primaflor, Grupo G’s y Florette, bajo la coordinación de la Asociación de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región de Murcia (PROEXPORT). La Unión Europea, a través de los fondos FEADER y la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, financian la iniciativa con 191.000 euros.
Como centros de innovación, ACBD+ cuenta con la participación de CETEC (Centro Tecnológico del Calzado y el Plástico de la Región de Murcia) y CEBAS-CSIC (Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura).
“En CETEC trabajamos en la obtención de dos formulaciones de acolchado biodegradable en suelo, adaptadas a las condiciones agroclimáticas de la Región de Murcia y que se preparan en nuestra planta piloto”, explica la doctora en CC. Ambientales del departamento de I+D+i, Lupe León Sánchez.
Para ello, se realizan diversos ensayos en el laboratorio de los materiales plásticos creados, que analizan la resistencia mecánica de las formulaciones, ensayos de envejecimiento acelerado a la luz solar en cámara UV y ensayos de desintegración y biodegradabilidad en suelo, simulando las condiciones de los campos de cultivo, con y sin el inóculo de microorganismos preparado por el CEBAS.
“El objetivo de estos ensayos es valorar la velocidad de biodegradación de las formulaciones creadas, comparándolas con el acolchado comercial biodegradable habitualmente utilizado, y en su caso, modificarlas para adecuarlas a las condiciones agroclimáticas del Sureste español”, señala.
Por su parte, en el grupo de Enzimología y Biorremediación de Suelos del CEBAS-CSIC, investiga el uso de microorganismos para acelerar la degradación en el suelo de los plásticos biodegradables al final de su vida útil. “Con ello obtendremos un doble beneficio, por un lado, reducir el tiempo de estancia en el suelo de los plásticos biodegradables, y por otro, mejorar la calidad del suelo y del cultivo”, apunta la investigadora científica Margarita Ros.
Para las empresas que impulsan ACBD+, lograr reducir el periodo de tiempo en el que los restos de acolchado están presentes en el terreno, ocasionando inconvenientes a las sucesivas plantaciones y al entorno, supondrá un impulso en el uso de estos acolchados biodegradables que, tal y como demostró el primer proyecto de innovación del grupo, permiten un mejor aprovechamiento hídrico, al tiempo que reducen la necesidad de aplicar tratamientos.
“Lograr que los acolchados biodegradables tengan una definición adaptada a las necesidades de nuestra Región supondrá un avance en la aplicación de prácticas medioambientalmente sostenibles para la agricultura murciana. Además, al identificar los organismos autóctonos implicados en su degradación y potenciar su desarrollo, podremos provocar una biodegradación más rápida del acolchado una vez que el cultivo ha terminado”, concluye Hernández.