La crisis desatada por los agricultores franceses y su extensión en los últimos días a Bélgica e incluso Portugal, entra en su fase más crítica, con la cumbre europea que hoy se celebra en Bruselas entre disturbios. La situación generada tras una semana de bloqueos y dos de protestas en el país vecino, amenaza con provocar en solo unos días un “daño irreparable” a la marcha de la campaña citrícola española. La única solución a corto plazo pasa por abrir un corredor seguro para garantizar el tránsito hacia sus destinos de los productos perecederos españoles.
Así se manifiesta la presidenta del Comité de Gestión de Cítricos (CGC) -la patronal nacional que representa a los operadores privados y cuyos asociados canalizan en torno al 70% del comercio de cítricos en fresco, que es el cultivo más afectado- quien insiste al ejecutivo español y europeo en que “no es momento para más condenas, es hora de ir más allá de las palabras y mostrarse firme, de ser contundentes tanto para resolver este largo episodio de caos como para reclamar indemnizaciones por las pérdidas millonarias que ya se han provocado”.
En este sentido, la asociación recuerda que la legislación del país vecino sólo reconoce el derecho a compensaciones en caso de destrucción de la mercancía (por un ataque) y no contempla el grueso de pérdidas causado por los retrasos, afección a la condición de la fruta o cancelación de pedidos, así como la tensión en la cadena de suministro, en las ventas y precios, y la pérdida de oportunidades comerciales. “Día de comercio exterior que se pierde en la campaña es día que no vuelve, dada la magnitud de este sector, que representa más de un tercio de la exportación hortofrutícola de España, tanto en volumen como en valor”, añade Sanfeliu.
El CGC lamenta, asimismo, la escalada dialéctica con la que, destacados políticos y periodistas franceses, están abordando el conflicto. Al serio perjuicio causado por los retrasos en las entregas –que, según destinos, han pasado de medias de entre 5 y 8 horas a situarse entre las 15 y las 20 horas-, se ha sumado en los últimos días las “descalificaciones gratuitas, sin fundamento e inaceptables”, proferidas desde algunas televisiones nacionales y políticos con responsabilidad. “Nuestros cítricos son europeos, producidos y confeccionados con legislación comunitaria, que es la más exigente del mundo en materia fitosanitaria, de calidad, laboral, social y medioambiental. Comercializamos cítricos que son controlados con celo, con calidad auditada y certificada con los estándares comunitarios pero también con los de la gran distribución europea, más exigentes si cabe. Y punto. Somos producto comunitario con seguridad alimentaria y sostenibilidad europea, con frescura y calidad ‘de proximidad’, ajustada al servicio, exigencias, plazos y confecciones reclamadas por la gran distribución europea, moleste a quien moleste”, señala a este respecto Sanfeliu.
Lejos de atenuarse, las restricciones de la libertad de circulación van a más y hoy, de nuevo, el paso por la Jonquera, la zona de Perpignan y Bolou se veían seriamente afectados por las protestas, como ayer lo hizo el paso de Irún hacia Hendaya. Esta mañana, además, los bloqueos –esta vez de los agricultores lusos- se han extendido a algunos pasos fronterizos con Portugal desde Extremadura.
“Entendemos las motivaciones de los productores galos, de hecho, creemos que el sector citrícola y hortofrutícola español es igual de víctima de las inasumibles políticas medioambientales y de apertura comercial descontrolada, sin atender al principio de reciprocidad, promovidas por la UE pero el problema para la agricultura europea no son los productos agrarios europeos”, añade la presidenta del CGC. De hecho, los principales beneficiados de la grave alteración que este conflicto ha generado a toda la cadena de suministro continental están siendo las producciones foráneas, que este año como los anteriores, en el caso de algunas importantes procedencias, siguen provocando una retahíla de alertas alimentarias derivadas de la presencia de residuos de pesticidas superiores a los permitidos o causadas por productos fitosanitarios prohibidos en la UE: sólo del 1 al 30 de enero se han registrado 4 notificaciones por tal motivo en cítricos de Egipto y hasta 10 de Turquía.
La prolongación del conflicto, además, está degenerando en tensiones entre los transportistas y las empresas exportadoras españolas. Tras, en muchos casos, estar parados los camiones durante tantas horas o días, hay empresas de transporte que comienzan a desentenderse de la mercancía perecedera que portan, lo que imposibilita una posterior reclamación por su valor a las compañías aseguradoras y al consorcio.
El CGC confirma que, pese a las dificultades, el sector sigue trabajando de modo encomiable y está en condiciones de mantener el suministro a sus clientes europeos. Con todo, la crisis amenaza con afectar ya seriamente al ritmo de recolección en el campo –con centenares de miles de toneladas de mandarinas y naranjas en disposición de ser recogidas- y a la actividad en los almacenes de confección, donde cada vez se anulan más turnos de trabajo por la saturación de las cámaras de frío. “De no solucionarse esta crisis de modo inmediato, el impacto económico se incrementará en progresión geométrica”, sentencia Sanfeliu.