La producción de alfalfa y forrajes deshidratados en la campaña 2023-24 descendió un 22% con respecto a la anterior, según ha informado recientemente la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (AEFA). La sequía determinó la evolución de esta producción, que superó ligeramente las 980.000 toneladas. El descenso fue aún más acusado en Castilla y León (-35%), donde se genera aproximadamente una décima parte de la producción española, según la AEFA.
AEFA se constituyó en 1984, a iniciativa de varios industriales del Valle del Ebro, y es la organización representativa en España de los intereses de este sector industrial. En la web de la entidad constan cuatro firmas palentinas asociadas a ella: Agropal, la Cooperativa Agrícola Regional, MestaGLS y Profopal.
La producción total de las empresas del sector deshidratador español en la última campaña ha ascendido, en concreto, a 980.906 toneladas. Prácticamente en todas las comunidades autónomas del país se redujo, pero resultó más acusada en Castilla y León y en Castilla La Mancha, con mermas del 35%; mientras se amortiguó en Aragón (-17%). Esta comunidad produjo aproximadamente tres de cada cinco (61%) toneladas de alfalfa y forrajes deshidratados de España.
Menos balas
La producción de granulado bajó en apenas 23.000 toneladas, pero la de balas acusó un descenso notable, de unas 130.000 toneladas con respecto a la campaña anterior.
Este año el mercado ha tenido dos realidades muy diferenciadas, por un lado lo sucedido en el mercado nacional y por otro el desarrollo que han llevado las exportaciones.
La campaña 2023-2024 vino marcada por la sequía, la falta de pasto y la falta de existencias, lo que generó inquietud entre los ganaderos del país. De abril a junio del pasado año, toda la producción se destinó al consumo nacional, explican desde AEFA. Durante el verano, la demanda interna fue recuperando la normalidad, mientras la exportación se fue complicando por los altos precios y los problemas de transporte a través del mar Rojo.
Previsiones
El pasado 1 de abril se inició la campaña 2024-25 y AEFA destaca que «la situación es muy distinta a la que se vivió el pasado año, donde la sequía amenazaba la producción anual». Las actuales reservas hídricas, sensiblemente superiores a las del año pasado por estas fechas, llevan a los fabricantes a estimar una producción en la actual campaña que rondará los 1,3 millones de toneladas.
«Además, la superficie destinada a los forrajes podría crecer entorno a un 5% con relación a la campaña pasada, y sobrepasar las cien mil hectáreas», añaden desde AEFA, que explica este crecimiento en la superficie por la buena rentabilidad del forraje en las últimas campañas, así como por su encaje en el ecorrégimen de la rotación de cultivos en las ayudas de la PAC 2023-27.