La berenjena es una hortaliza perteneciente a la familia de las solanáceas, cuyo nombre científico es Solanum melongena.
Es una planta herbácea, aunque sus tallos presentan tejidos lignificados que le dan un aspecto arbustivo y anual.
Si se cuida y poda de forma adecuada puede rebrotar nuevamente, con el inconveniente de que la producción se reduce y la calidad de los frutos es menor.
La planta de berenjena posee un sistema radicular potente y muy profundo.
Los tallos son fuertes, pilosos-espinosos, de crecimiento determinado cuando se trata de tallos rastreros que dan a la planta un porte abierto, o de crecimiento indeterminado cuando son erguidos y erectos, pudiendo alcanzar hasta 2-3 metros de altura.
El tallo principal presenta entrenudos cortos, bifurcándose éste en tallos secundarios que parten de las axilas de las hojas.
Dependiendo del marco de plantación, se suelen trabajar con 2, 3 e incluso 4 tallos por planta.
Las hojas están insertas de forma alterna en el tallo. Presentan un peciolo largo, son grandes, enteras, ovaladas y con nerviaciones que presentan espinas.
El envés de las hojas está cubierto de una vellosidad grisácea, que en ocasiones puede causar alergias.
Las flores que se disponen de forma péndula, pueden aparecer solitarias o en ramilletes de 3 a 5 flores.
Una de estas flores es hermafrodita, presenta un pedúnculo corto y continuo desde el tallo hasta el cáliz, y da lugar a un fruto comercial, mientras que el resto de las flores abortan o dan lugar a un fruto pequeño y de peor calidad.
Las flores poseen entre 5 y 7 sépalos de color verde y el mismo número de pétalos extendidos y de color violeta.
Los estambres presentan anteras muy desarrolladas de color amarillo que se sitúan por debajo del estigma, dificultando así la fecundación directa.
Tanto el pedúnculo como el cáliz poseen abundantes espinas, aunque actualmente se tiende al cultivo de variedades sin espinas.
El cáliz de la flor perdura después de la fecundación y crece junto al fruto, envolviéndolo por su parte inferior, lo que puede dar lugar a ataques de botrytis (Botrytis cinerea) cuando la humedad relativa es elevada, ya que los pétalos quedan atrapados entre el cáliz y el fruto.
El fruto es una baya alargada o globosa, de color negro, morado, blanco o blanco jaspeado de morado o verde y presenta pequeñas semillas de color amarillo.
La berenjena es un cultivo de climas cálidos y secos, por lo que se considera uno de los más exigentes en calor (más que el tomate (Jitomate) y el pimiento (Chile, Gundilla, Pebrera, Ají)). Soporta bien las temperaturas elevadas, siempre que la humedad sea adecuada, llegando a tolerar hasta 40-45ºC, aunque la temperatura media debe estar comprendida entre 23-25ºC.
A temperaturas próximas a la mínima biológica (10-12ºC) o a la máxima (40-45ºC), se reducen los procesos biológicos, induciendo el retraso del crecimiento y afectando a la floración, fecundación y posterior desarrollo del fruto.
En cuanto a la humedad relativa óptima, oscila entre el 50% y el 65%. Humedades relativas muy elevadas favorecen el desarrollo de enfermedades aéreas y dificultan la fecundación.
Si además de la humedad, la temperatura también es alta, se produce una floración deficiente, caída de flores, frutos deformes y disminución del crecimiento. Estos efectos también se van a producir cuando la humedad relativa es escasa.
En referencia a la luminosidad, hay que decir que la berenjena es una planta muy exigente en luz, requiriendo de 10 a 12 horas.
En días cortos (otoño-invierno) es necesario aprovechar al máximo las horas de luz para evitar el ahilamiento, malformación de flores y hojas, deficiente fecundación, frutos deformes y pulpa esponjosa. Estos problemas se agravaran en condiciones de humedad relativa superior al 65%.
En relación al suelo la berenjena es poco exigente, debido a que posee un potente y
profundo sistema radicular. No obstante, los suelos más adecuados son los francos y profundos.
En suelos arcillosos pueden presentarse problemas de asfixia radicular, mostrando rápidamente los síntomas.
En cuanto al pH del suelo, los valores óptimos oscilan entre 6 y 7, aunque en suelos enarenados puede cultivarse con valores de pH comprendidos entre 7 y 8,5.
En suelos ácidos se presentan problemas de crecimiento y producción.
Con referencia a la salinidad del suelo y del agua de riego, la berenjena es menos resistente que el tomate (Jitomate) y más que el pimiento (Chile, Gundilla, Pebrera, Ají), siendo más sensible durante las primeras fases del desarrollo.
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